martes, 16 de diciembre de 2008

Esperanza de un amor imposible

Una mañana común y corriente, normal como todos los días, Eares despertaba de un largo y profundo sueño, ¡qué extraño!, porque soñé con esa persona que tantos recuerdos lejanos y raros  me hacia volver al presente; la noche anterior Eares había estado con su novia Alay, habían disfrutado de una  velada a la luz de la luna en aquel lugar donde empezó el amor, pero ese curioso sueño volvió el momento al lugar donde pasó la velada pero raramente con otra persona, una chica hermosa, si, mi buena y querida amiga Sadia.

Les contaré mi historia y el origen de todos estos pensamientos.
Erase una tarde hace 7 años cuando mi amiga Sadia y yo salimos como grandes amigos que solíamos ser desde hace varios años atrás, siempre la había amado, desde que la vi el primer momento que la conocí, fue tan lindo que no lo creí posible, fue un amor tan grande que jamás me atreví a declararle y que ella misma se encargo de acabarlo, esa tarde después de una típica vuelta por nuestro parque favorito, ella y yo nos sentamos en una de las tantas azules y anchas bancas que rodeaban los esplendorosos y coloridos jardines del parque, platicando como normalmente lo hacíamos, bromeando, jugando, inventando palabras y frases, lo normal en nosotros, por supuesto, ella se detuvo un momento para decirme una noticia que me bloqueo y deshizo el corazón por unos segundos y hasta que la noche llegó, y es que ella con su dulce y armoniosa voz me dijo lo que jamás pude esperar, -- ¡Eares, tengo un novio ¡ ayer me pregunto si yo quería ser su novia e inmediatamente acepte emocionada me quedé sin palabras y solo se me acerco y me besó, parecía que había música, escuchaba bellas melodías en mi corazón en ese momento, Eares te juro que me sentí muy feliz, tanto como aquellos momentos que siempre pasábamos juntos y que nos divertíamos a montones. Yo, mudo, paralizado y desorientado caí en un doloroso y profundo silencio, que palabras tan grandes no por su extensión si no por su valor, mi corazón se partió en miles de pedazos, me sentí  a morir, miles de pensamientos inundaban mi ser en ese momento pero me arme de valor y de coraje, me guardé todos y cada uno de mis pensamientos para ponerle una sonrisa, demostrarle mi felicidad por que ella sea feliz con su novio, solo recuerdo mis “alegres”  pero débiles palabras, ¡ qué bien Sadia me alegro mucho por ti!, espero que seas muy feliz con él. Mi vida terminó en ese momento en ese trágico y triste momento, el peor día de mi vida sin duda, 2 meses después de recibir la noticia de Sadia mis papas se acercaron a mí y me dieron una noticia aun más dura, -- Eares hijo a tu papá le dieron el mando de un trabajo muy importante en otra ciudad y tendremos que mudarnos. – ¡Qué!, por qué, ¡no!, no no no esta es una broma verdad, -- no hijo, es verdad, nos vamos mañana – mi mundo se vino abajo, se derrumbo por completo, no volvería a ver a Sadia jamás, ese mismo día y a toda la velocidad que mis piernas eran capaces de llegar a producir, corrí, corrí a casa de Sadia tenía que decirle que mi iba a mudar, que me alejaría de ella por tiempo indefinido, que ya no la volvería a ver, pero para mí infortunio ella no se encontraba en su casa, se había ido con una amiga suya y se quedaría ahí a dormir, lo había olvidado por completo, ayer que platicábamos me lo dijo, y ahora que hago, que hago, que hago, me lo repetí tantas veces como fue posible hasta que se me ocurrió ,si claro, una carta y la dejaré por debajo de su puerta y cuando llegue la leerá, aunque ya habrá sido demasiado tarde para mí me habré ido ya, cortas pero concisas palabras escribí en la carta, en resumidas palabras, “ Sadia, amiga mía debo decirte que mañana me iré de la ciudad, me marcho lejos a cientos, miles de kilómetros de ti,  a mi papá le dieron un trabajo muy importante y nos mudaremos, no pude verte para despedirme de ti, lo siento, lo lamento y me duele en mi alma en verdad, y es que aparte de esto quiero decirte que, siempre fuiste la persona, la chica, la princesa de mis sueños, que a que me refiero, que desde el día en que te conocí, desde el momento que nos hicimos amigos, yo, desde ese momento te eh amado, te amado como no tienes idea, como nadie jamás podría hacerlo, te amo Sadia, y espero que seas feliz con tu novio, siento no haberlo dicho antes, siento mucho hacerlo de esta manera, pero si no lo hago ahora, jamás pasaría, te amo y vivirás siempre en mi mente y en mi corazón Sadia lo juro”, así de esa forma, con esa intensidad, con esa emotividad escribí la carta, la dejé por debajo de la puerta y regresé a mi casa triste, inmensamente triste y así con ese pesar, a duras penas logré conciliar el sueño.

A la mañana siguiente habríamos de prepararnos, ya estaba todo listo, el camino hacia el aeropuerto fue como el camino al infierno, llegamos, subimos al avión y todo terminó, mi vida ya no tiene sentido alguno; llegamos a la ciudad, desempacamos en nuestra nueva casa, nuevos amigos, nueva escuela, nueva vida,  pasaron los años, conocí a una chica tan buena persona y muy linda, su nombre, Alay, bello y original nombre, la quiero demasiado llevamos ya 2 años de novios, hasta llegar a la velada romántica tan hermosa que tuvimos ayer por la noche, que extraño que haya soñado con Sadia, había quedado en el olvido pero sentí algo extraño que no había sentido antes, indescriptible, al despertar lo que hice fue salir toda la mañana y cuando menos me di cuenta ya estaba oscureciendo cuando por azares del destino, magia o algún tipo de fuerza extraña provoco aquel momento, si, Sadia y yo cruzamos nuestras miradas en un restaurant al que me había detenido a disfrutar de una bebida, la vi, ella a 4 mesas a mi derecha y yo a un lado de la ventana , no nos reconocimos al principio pero al terminar nuestra estadía en el restaurant, salimos, cada quien por diferente camino, hasta el bello momento en el que cruzando por un puente nos topamos, ella y yo una vez más juntos, unidos por el destino, ella me vio, ¡Eares!! Eres tu, en verdad eres tu, no lo puedo creer, me abrazo con tanta enjundia y fuerza como le fue posible hacerlo lloramos, lloramos, lagrimas de nostalgia, empezó una ligera lluvia que mojo sus rostros ocultando entre gotas de agua sus lagrimas, el abrazo fue eterno, fue el más hermoso momento de mi vida como si una luz hubiese llegado para iluminar mi vida, Sadia eres tu mi querida y amada Sadia, a lo que ella le comenta y hace recordar—¿Eares recuerdas aquel dia que dejaste tu carta por debajo de mi puerta?—claro que lo recuerdo Sadia—pues ese mismo día había terminado con mi novio y sabes cuál fue el motivo—me quedé impactado, atónito, no, no sé, ¿cual fue el motivo?—es que me di cuenta que a quien amaba profundamente y con todo mi corazón es a ti Eares, eres tu el amor de mi vida me di cuenta muy tarde pero ahora estamos tu y yo juntos después de 7 años, después de 7 largos y duros años, te amo Eares, ¡!Te amo!!; no pude decir nada, simplemente caían lagrimas de felicidad sobre mi cara, y es que solo por mi mente pasaba, “la noche anterior en la velada con Alay había terminado el noviazgo, terminamos y la causa, amor, pero un amor tan grande que perduró por 7 años escondido y bloqueado por la distancia y por el cariño especial que sintió por Alay, ese amor que jamás murió, amor, por Sadia, como una señal de la vida y el destino sucedió”, Sadia te amo, tres palabras cortas pero más importantes y fuertes que cualquier cosa en el mundo, nos abrazamos por unos minutos más, la lluvia caía más fuerte, después de ese largo y profundo abrazo, nos besamos, mis labios tocando sus labios, nuestro amor conjuntándose al fin, segundos, minutos, horas, desearía que ese momento no terminara jamás, le dije a Sadia—jamás perdí la esperanza de algún día estar a tu lado y amarte como te mereces, a pesar de la distancia, a pesar de los años que pasaron te seguí amando y lo seguiré haciendo—a lo que Sadia solo pudo contestar – te amo—dulces, tiernas, armoniosas y cariñosas palabras, mi corazón revivió, mi vida, mi alma, fue como si volviera a nacer, la felicidad más grande de mi vida me invadió y nos amamos, fuimos felices, al fin el destino unió lo que alguna vez separó.
 
El tormento terminó y una nueva vida a su lado empezó.     Fin. 

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